DESPEDIDA

Siempre que me voy de vacaciones me ocurre lo mismo. No me entristece la vuelta a la rutina sino el despedirme de gente maravillosa que conoces y durante días pasas momentos mágicos. No se habla de penas sino de anécdotas, de risas y olvidas todo lo malo que te ha podido ocurrir. Durante días me da la sensación de que las conozco desde siempre y a la hora de la despedida siempre es lo mismo. Llámame¡¡¡ espero que volvamos a coincidir el próximo año¡

Cuando llega ese momento... en el que pasamos juntos el último desayuno, mis ojos se vuelven opacos. Quiero esconder mi cabeza y no salir corriendo, como un avestruz. Quedarme allí para siempre.

Pero vuelvo a cruzar el mismo túnel. El mismo de ida.

Siempre digo lo mismo: Creo que nunca he venido. Me ha sabido a poco.